Sitios Sagrados del Judaísmo
Sinagoga Tiferes Yisrael
La Sinagoga Tiferes Yisrael es una de las sinagogas más importantes. Fue inaugurada en 1872 y destruida por los ejércitos árabes en 1948, durante la guerra árabe-israelí. Después de su destrucción, la sinagoga quedó en ruinas. Tras la restauración de la Ciudad Vieja en la Guerra de los Seis Días, en el año 2012 el municipio de Jerusalén anunció la reconstrucción de la sinagoga y en 2014 se colocó la piedra fundamental para su nueva edificación.
Esta sinagoga posee una historia muy extensa que se remonta al siglo XIX, cuando fue construida gracias a los seguidores del rabino Yisrael Friedman y su hijo, el rabino Afrdhome. Este rabino apoyó la sinagoga con oro y riquezas, y también el rabino Nisan Bek la sostuvo con bendiciones y recursos.
Se dice que esta sinagoga recibió su nombre en honor al “padre de Israel”, quien tuvo un papel principal en su construcción. Barak logró comprar el terreno a los árabes por una gran suma de dinero, pocos días antes de que el zar ruso adquiriera esa misma tierra. Sin embargo, el zar ordenó la construcción y compra de otro terreno distinto, que hoy se conoce como el Complejo Ruso. Por ello, al recorrer la Ciudad Vieja, en el barrio judío se pueden ver grandes grupos de sinagogas que ya existían antes de la guerra de 1948, pero que fueron destruidas en aquel conflicto. Posteriormente, muchas fueron reconstruidas y restauradas, conservando así una historia muy rica y prolongada.
La construcción de la Sinagoga Tiferes Yisrael
El arquitecto del proyecto fue Nisan Bek, quien también actuó como contratista. Este ingeniero consultó al arquitecto Martin, diseñador del Complejo Ruso. Según las intenciones del zar, la sinagoga debía ser construida fuera de la Ciudad Vieja.
Al principio, hubo una gran negativa por parte de las autoridades otomanas para conceder el permiso de construcción, aunque finalmente fue otorgado. Durante los trabajos se descubrió en el lugar la tumba de un clérigo musulmán, la cual fue trasladada fuera de las murallas de la ciudad. Sin embargo, surgió otro problema: era necesario obtener un permiso de las autoridades turcas para construir en ese sitio, y desafortunadamente, los funcionarios en Turquía no lo querían conceder.
La construcción comenzó, pero avanzaba con gran lentitud. Los fondos para la obra se obtenían mediante colectas y donaciones, lo que alargó el proceso. Todo ello muestra la determinación de la comunidad judía en edificar este lugar sagrado y cómo numerosas personas deseaban apoyarlo.
La maravillosa construcción de la sinagoga
Uno de los relatos más notables sobre su construcción ocurrió en 1869, cuando el emperador Francisco José de Austria pasó por Jerusalén de camino a la inauguración del Canal de Suez. Durante su visita a la Ciudad Vieja, recorrió instituciones judías y observó que la sinagoga aún no tenía techo. Sorprendido, preguntó la razón.
Con ironía, Nisan Bek le respondió que la sinagoga “se había quitado el sombrero para saludarlo, César”. El emperador sonrió y expresó su deseo de que pronto se construyera el techo. Como gesto, dejó una donación de mil francos franceses para la edificación de la cúpula. Desde entonces, los habitantes comenzaron a llamar a la cúpula “la cubierta de Francisco José”.
La sinagoga, de tres pisos, fue finalmente inaugurada en 1872, 29 años después de la compra del terreno. Durante 75 años, se convirtió en el centro de la comunidad jasídica Husseidi en Jerusalén y fue considerada una de las sinagogas más hermosas de la ciudad, con abundantes decoraciones y objetos de plata.
La destrucción del edificio
Durante la guerra de 1948, los judíos utilizaron la sinagoga como punto de defensa de la Ciudad Vieja de Jerusalén. El ejército jordano intentó controlar la ciudad y, en medio de la noche, la sinagoga fue volada mediante explosivos colocados en su interior.
Este edificio, que había contado incluso con el apoyo del emperador Francisco José, fue destruido por los árabes al lograr colocar y detonar una bomba dentro de él.
La reconstrucción de la sinagoga
En 1953, el rabino Mordejai Shlomo Friedman colocó la piedra fundacional del Centro Rosner en Jerusalén, en reemplazo de la antigua sinagoga Rosner que había sido destruida en la guerra. En 1957, inauguró la Escuela Religiosa Rosner. Posteriormente, se construyó una nueva sinagoga llamada Tefera Feroz Jezreel, situada en el extremo occidental, cerca de la estación central de autobuses.
Este nuevo edificio cuenta con una gran cúpula blanca, evocando la cúpula de la antigua sinagoga destruida en la Ciudad Vieja. Hoy en día, es considerado uno de los lugares más bellos del judaísmo en Jerusalén y un sitio imprescindible de visitar para apreciar sus antigüedades, su arquitectura y su importancia histórica.
Jerusalén y otros lugares de visita
Tras visitar esta sinagoga, también se recomienda recorrer otros sitios destacados de Jerusalén, como el Muro de las Lamentaciones, la Iglesia de la Fe, la Mezquita de Al-Aqsa y el Monte de los Olivos (Al-Tur), un monte sagrado lleno de yacimientos arqueológicos. Jerusalén, una de las ciudades más antiguas del mundo, ofrece una experiencia espiritual e histórica que deja al visitante con un profundo sentimiento de felicidad.