Un bonito recorrido por la Sinagoga Hurva
La Sinagoga Hurva
Origen y primeros tiempos
Esta sinagoga fue fundada en el siglo XVIII por los seguidores de Judá, y fue construida sobre las ruinas de otra sinagoga que databa del siglo XV. Desafortunadamente, fue destruida pocos años después de su construcción por las autoridades otomanas, ya que sus dueños no pudieron pagar las deudas.
En 1864, una secta judía reconstruyó la sinagoga. Aunque su nombre original era Paz Yaacov, mantuvo el nombre de Hurva, y se convirtió en la sinagoga principal de los judíos asquenazíes en Jerusalén.
Sin embargo, fue nuevamente destruida por los ejércitos árabes durante la guerra árabe-israelí de 1948. Tras la captura de Jerusalén Este por parte de Israel en 1967, se diseñó un nuevo edificio y en 1977 se levantó un memorial en forma de arco en el lugar de la sinagoga. Finalmente, en el año 2000, con la aprobación del gobierno israelí, se reconstruyó en el estilo del siglo XIX, que es el que puede visitarse hoy.
Ubicación de la Sinagoga Hurva
Actualmente, la sinagoga se encuentra frente a una explanada en el barrio judío de Jerusalén. Ya en el siglo XIII, esta zona se conocía como el Patio Asquenazí, dedicado a la comunidad judía de esa tradición.
En 1488, un judío construyó en esta área un gran patio con varias casas destinadas a los asquenazíes. El culto fue compartido entre asquenazíes y sefardíes, pero en 1586 las autoridades otomanas confiscaron el edificio, obligando a los asquenazíes a establecer otra sinagoga en un patio cercano.
En 1717, un gran grupo de judíos asquenazíes liderados por un hombre llamado Judá llegó a Jerusalén, donde se establecieron y llevaron una vida ascética. Poco después, su líder murió, y los demás intentaron construir la mayor sinagoga posible, aunque el costo era demasiado elevado.
Pidieron préstamos a los árabes de Jerusalén y enviaron un emisario a Europa en busca de ayuda económica. Pero al no poder pagar la deuda, la sinagoga fue incendiada por los árabes, y muchos asquenazíes fueron encarcelados y expulsados de la ciudad. Posteriormente, en el lugar se construyeron tiendas, mientras la sinagoga quedó en ruinas y abandonada.
Esfuerzos de los Perushim
En 1700, un grupo de judíos compró el patio destruido, pero nuevamente fue devastado en 1721. Entre 1808 y 1812, un grupo de judíos ascetas llamados Perushim, que emigraron desde Lituania a Palestina, compraron el lugar. Algunos se establecieron en Safed, mientras otros quisieron asentarse en Jerusalén y recuperar el complejo asquenazí.
No obstante, temían a los descendientes de los acreedores árabes, que seguían exigiendo el dinero. En 1815 llegó a Jerusalén el rabino Menachem Mendel, acompañado de sus seguidores, e inició los esfuerzos para levantar la sinagoga “Hasid”, símbolo de los asquenazíes.
En 1816, los judíos solicitaron al sultán otomano en Constantinopla un decreto real que liberara sus deudas. Aunque al principio no lo consiguieron, en 1819 lograron que se emitiera un documento legal que anulaba las deudas y autorizaba a los judíos a reconstruir en ese sitio.
El permiso de Egipto
En 1831, Egipto anexó Jerusalén, lo que abrió una oportunidad para los judíos de organizar una comunidad asquenazí en la ciudad. Buscaron el apoyo de Muhammad Ali Pasha, gobernador de Egipto, para obtener el permiso de reconstrucción.
Aunque existían temores de que se contradijeran las tradiciones islámicas, tras el terremoto de 1843 se permitió a los sefardíes reparar sus sinagogas, lo que animó a los judíos a seguir adelante. En 1836, con el apoyo de los cónsules de Austria y Rusia, Muhammad Ali otorgó un decreto que autorizaba oficialmente a los judíos a reconstruir la sinagoga.
La independencia de la Sinagoga Menachem Zion
Ese mismo año (1836), los judíos comenzaron a limpiar los escombros del patio y encontraron restos de la antigua sinagoga Hasid, además de documentos antiguos del año 1579. Tras muchas discusiones, decidieron levantar una estructura pequeña en el borde del complejo.
Los acreedores árabes continuaron reclamando sus derechos y se opusieron a las obras. Sin embargo, las autoridades otomanas finalmente dictaron que los asquenazíes de Jerusalén no tenían relación con los antiguos deudores, y así se autorizó la construcción. Los árabes fueron compensados con dinero y la sinagoga se levantó.
La Sinagoga Hurva en la actualidad
Hoy puedes visitar uno de los edificios judíos más impresionantes del mundo, un verdadero símbolo de la historia de Jerusalén. Tras tu recorrido por la Sinagoga Hurva, podrás seguir disfrutando de maravillosos tours en la ciudad.
Además de los sitios arqueológicos judíos, puedes recorrer los lugares cristianos del Monte de los Olivos y de la Ciudad Vieja de Jerusalén. También puedes visitar la Mezquita de Al-Aqsa, que alberga más de 200 monumentos arqueológicos, entre ellos la famosa Cúpula de la Roca.